"El Nuevo Rostro Gótico De La Ciudad
Atrás van quedando los pesados gabanes y los largos trajes que evocan la época victoriana. Las medias veladas de malla, cortes de pelo asimétricos, gruesas cadenas, enormes hebillas y chapas, correas, corsés y labios rojos son los nuevos protagonistas de la escena gótica en Bogotá.
No es que hayan desaparecido del todo los rasgos vampirescos que durante más de dos décadas han caracterizado la estética de este estilo que surgió a partir del rock gótico (que incluye sonidos del punk, y otros de tipo eclesiástico como coros, clavicordios, violonchelos y violines, entre otros), guiado por su gusto por lo macabro y tenebroso.
En su lugar, actualmente la estética incluye accesorios que tienen alguna connotación sadomasoquista y sobre todo, sensual.
‘Alexa’ y Andrés Rocha, góticos bogotanos seducidos por la música y la moda de esta cultura suburbana, utilizan prendas de cuero, guantes, cadenas plateadas, mallas, encajes –todo en colores uva, negro, rojo y morado– y la indumentaria necesaria para despertar el placer de los sentidos.
“Mi papá me dice que cómo voy a salir a la calle así vestida. Que parezco satánica, loca, hasta un muerto, a pesar de que mi maquillaje es recargado.
De hecho, prefiero pintarme los labios de rojo, porque así se ven más sensuales”, comenta ‘Alexa’.
Algunos góticos, como Gabriel Ramírez, llevan largas melenas que casi tocan su cintura. Hay otros que se hacen cortes irregulares con el fin de marcar diferencia entre las demás personas. “Se trata de experimentar con el pelo –dice ‘Alexa’–, que no sólo es negro, sino también rojo, violeta o azul”.
Andrés ve la sensualidad de la estética gótica en la androginia que puede alcanzar: “el maquillaje oscuro de ojos y uñas, y el empleo de faldas por hombres me atrajo mucho. Es provocativo, me hace lucir andrógino. Y empleo correas porque simbolizan represión y emulan al cinturón de castidad que se usaba en la época medieval”.
Terror, hedonismo y oscuridad se conjugan al definir la estética de los góticos bogotanos, quienes tienen uno de sus mayores ‘templos’ en el bar Abnocto, un sitio ubicado en la calle 32 con 13 y donde se expresa toda esta corriente urbana, erróneamente asociada al satanismo.
Como explica, ‘Danael’: “La belleza gótica está en lo crudo, en la oscuridad. “Es otra estética, y tan válida como cualquier otra. Y nos dicen satánicos porque vemos el mundo con los demás sentidos, no solo a través de los ojos”. "
